El té blanco es también un té mínimamente procesado que permite aprovechar todos sus componentes y nutrientes, en particular su gran riqueza en antioxidantes. Conocido como el té de la belleza, el té blanco nos ayuda a cuidarnos tanto por dentro como por fuera.
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El té blanco es también un té mínimamente procesado que permite aprovechar todos sus componentes y nutrientes, en particular su gran riqueza en antioxidantes. Conocido como el té de la belleza, el té blanco nos ayuda a cuidarnos tanto por dentro como por fuera.
Es rico en antioxidantes. El contenido en antioxidantes del té blanco es mayor que el del té verde o el té negro.
El té blanco es también un té mínimamente procesado que permite aprovechar todos sus componentes y nutrientes, en particular su gran riqueza en antioxidantes. Conocido como el té de la belleza, el té blanco nos ayuda a cuidarnos tanto por dentro como por fuera.
Preparar un té calmante de toronjil es fácil: para una taza, tome unas dos cucharaditas de toronjil seco o unas cinco hojas frescas picadas. Vierte de 150 a 250 mililitros de agua caliente sobre la melisa -no debe estar hirviendo- y deja el té tapado. De esta forma, se conservan los aceites esenciales y, por tanto, los principios activos. El tiempo de remojo es de cinco a diez minutos. Luego cuele el té a través de un colador y bébalo mientras aún está caliente. Si no te gusta la infusión pura, puedes endulzarla con miel o combinar la melisa con otras hierbas curativas.
Combate los síntomas de la mala digestión. Protege el hígado. Reduce la grasa del cuerpo. Contiene propiedades naturales. Se puede tomar caliente o frio. Tiene un sabor muy agradable a notas de limón. Depura el organismo.
El cardamomo sin duda puede alegrar sus recetas, pero además de los usos culinarios, el cardamomo también puede ofrecer una variedad de beneficios para la salud, desde refrescar el aliento hasta posiblemente matar las células cancerosas.
Preparar un té calmante de toronjil es fácil: para una taza, tome unas dos cucharaditas de toronjil seco o unas cinco hojas frescas picadas. Vierte de 150 a 250 mililitros de agua caliente sobre la melisa -no debe estar hirviendo- y deja el té tapado. De esta forma, se conservan los aceites esenciales y, por tanto, los principios activos. El tiempo de remojo es de cinco a diez minutos. Luego cuele el té a través de un colador y bébalo mientras aún está caliente. Si no te gusta la infusión pura, puedes endulzarla con miel o combinar la melisa con otras hierbas curativas.
El té blanco es también un té mínimamente procesado que permite aprovechar todos sus componentes y nutrientes, en particular su gran riqueza en antioxidantes. Conocido como el té de la belleza, el té blanco nos ayuda a cuidarnos tanto por dentro como por fuera.